Su Vida y su Obra se Mezclan y Enriquecen el Mundo de la Cultura
JESUS HERNANDEZ CUELLAR
Cuando Diego Rivera tomó por primera vez un pincel en sus manos, el arte mexicano no volvió a ser el mismo. Más tarde, junto a otros colegas, fue parte de uno de los más grandes movimientos artísticos que haya vivido el género humano. Los colores, las dimensiones de las figuras y la dinámica de las ideas, cambiaron para siempre la percepción que se tenía de la plástica latinoamericana.
Su vida tuvo los mismos tormentos, a nivel personal, que su obra. Su relación con la pintora Frida Kahlo, su controversial militancia política, su expulsión de la Unión Soviética durante el régimen del dictador Joseph Stalin, y la otra, la expulsión del Partido Comunista de México, lo convierten en una figura no sólo polémica, sino enriquecida por los acontecimientos. Tanto fue así, que su figura aparece por lo menos en dos películas importantes de Hollywood, y en libros. Pero Rivera fue fiel a lo suyo: el arte. Sobre todo, al arte que refleja las inquietudes de su época. Gran parte de su obra consiguió liberarse, mayormente, de las cuatro paredes de una galería, de un museo. Sus murales están a la vista de la gente, en tamaños diversos, a veces enormes. Se fue el 24 de noviembre de 1957, cuando el apogeo del movimiento muralista mexicano, del cual fue una figura protagónica indiscutible, había llegado a su fin. Su trabajo como muralista se desarrolló fundamentalmente entre 1922 y 1953.
Rivera tiene obras extraordinarias en la Ciudad de México, Chapingo, Cuernavaca, San Francisco, Detroit, Los Angeles y Nueva York, entre otras ciudades. Nació en 1886 en Guanajuato, estado de Guanajuato, México.
Todo comenzó con una mezcla entre el arte y la política, especialmente dentro de los grandes movimientos socialistas de la época. Aquellas ideas se plasmaron en muros de importantes espacios mexicanos. Más tarde cubrieron paredes de otras naciones, de una manera más modesta.
Según la ensayista Claudia Ovando, autora de El movimiento muralista mexicano, "las definiciones que empezaban a perfilarse en los muros tomaron otras formas de expresión, cuando los muralistas decidieron agruparse gremialmente. A ello siguió la publicación del Manifiesto del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores, documento que contiene las propuestas programáticas del movimiento, entre las que destacan la exaltación del arte público y el rescate de la tradición indígena y popular".
Esta tendencia se produce apenas una década después del fin de la Revolución Mexicana de 1910.
"El primer encargo lo recibió Diego Rivera, a quien asignaron los muros del Anfiteatro Bolívar. Con el tema de La creación, realizó una obra a la encáustica, en la que la influencia europea apenas deja ver los tímidos intentos de encontrar formas expresivas enraizadas en nuestra realidad", agrega Ovando en su ensayo.
En la temprana fecha de 1931, se realiza una exhibición retrospectiva de la obra de Rivera, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
"En los años siguientes, los que hasta ese momento habían sido ensayos, habrían de alcanzar su plena expresión en obras como las de la Secretaría de Educación Pública, la ex- hacienda de Chapingo y el Palacio Nacional (su último tablero fue realizado en 1951), todas ellas de Diego Rivera. Estos murales sentaron un precedente estilístico y temático, que se convirtió en un marco de referencia permanente dentro de la plástica mexicana", subraya Ovando.
Rivera tenía una sólida base académica. Llegó a Europa en 1907. Al principio estudió con Eduardo Chicharro en España, pero después pasó a París, donde vivió y trabajó con el grupo de artistas de Montparnasse, especialmente en La Ruche. Allí fue que su amigo Amedeo Modigliani pintó su retrato en 1914. Era la época del cubismo en la pintura, con Pablo Picasso y Georges Braque como máximos exponentes. Entre 1913 y 1917, Rivera se sumó a aquel movimiento, pero finalmente, con gran influencia de las obras del gran pintor Paul Cezanne, el artista hace un giro importante hacia el post impresionismo.
Hacia 1920, por sugerencia del embajador mexicano en Francia, Alberto J. Pani, Rivera abandona Francia y viaja a través de Italia. Pero en 1921, con el nombramiento de José Vanconcelos al cargo de secretario de Educación, Rivera regresa a México. El arte mexicano recibe un gran apoyo del gobierno, especialmente a través de programas concebidos por Vasconcelos. De ello se benefician no sólo Rivera, sino también otros grandes de la plástica mexicana como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo.
Comunista convencido, Rivera viajó a Moscú en el otoño de 1927 por invitación del gobierno soviético para participar en décimo aniversario de la Revolución de Octubre. Surgió entonces la idea de que pintara un mural en el club del Ejército Rojo. Pero en 1928, sorpresivamente, el régimen de Stalin lo expulsó del país por presuntas actividades anti-soviéticas. El artista regresó a México.
En agosto de 1929, pasó algo importante en la vida privada del artista. Contrajo matrimonio con la también artista plástica Frida Kahlo, luego de divorciarse de su primera esposa Guadalupe (Lupe) Marín. Posteriormente, el revolucionario ruso y enemigo de Stalin, Leon Trosky, vivió en la casa que Rivera compartía con Kahlo, en México. Hubo especulaciones de que tuvo una relación con Kahlo. Y tambien en 1929, Rivera fue expulsado del Partido Comunista de México. Una obra suya reflejaba el asesinato del comunista cubano Julio Antonio Mella, y se pensó que por el contenido de la obra, el artista había estado involucrado. Fue otra especulación, tal vez una denuncia. También en 1929 la periodista estadounidense Ernestine Evans escribió el primer libro en inglés sobre el artista mexicano, titulado Los frescos de Diego Rivera.
En 1999, Rivera fue interpretado por el actor y músico panameño Rubén Blades en la cinta Cradle Will Rock, y en 2002 también cobró vida en la pantalla grande a través del actor Alfred Molina, en la película Frida. Es imposible hablar de arte mexicano, sin que surja de sus formas y colores el nombre de Diego Rivera.
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en el estado norteamericano de Florida. Su viaje fue el preludio de una fuerte
presencia hispana en el suroeste de Estados Unidos, y finalmente en todo
el territorio estadounidense. Más cerca están las olas migratorias
latinoamericanas que hoy día pueblan este país desde Los Angeles,
San Diego y San José hasta Miami, Dallas, Chicago y Nueva York. Estas últimas
obligan a formular una pregunta importante: ¿por qué hay 52
millones de hispanos en Estados Unidos? Nación poderosa y rica, Estados
Unidos es una especie de síntesis del cielo y del infierno... Luz María Escamilla llegó a
Estados Unidos en 1980 con siete meses de embarazo de su segunda hija.
Es originaria de Guanajuato, México, y antes de venir había
estudiado un año administración de empresas en la Universidad
de Michoacán. Cuando Roberto Goizueta fue nombrado presidente
y director ejecutivo de la Coca-Cola en 1981, los cubanos radicados en
Estados Unidos lo asumieron como un símbolo del éxito empresarial
de su comunidad, en el país más poderoso del mundo. Shakira, Juanes, Kike Santander, Sofia Vergara, Patricia Janiot y Más Hijo de un asesor importante de la Organización de Estados
Americanos (OEA) y nieto de un embajador de Colombia en Estados Unidos, Dan
Restrepo pensó que el peso de sus ancestros no le permitía
mucho margen para abrirse paso en la carrera política. No fue así.
Hoy día es el director para asuntos del Hemisferio Occidental del
Consejo de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama y asesor especial
del mandatario estadounidense. La actriz cubanoamericana Eva Mendes es hoy día una de las intérpretes más populares del cine de Hollwyood. Entre sus filmes más conocidos están 2 Fast 2 Furious, Hitch, Training Day, We Own the Night and The Spirit. De padres cubanos, Mendes nació en Miami, Florida, el 5 de marzo de 1974, pero creció en Los Angeles. |