Imagen de La Rampa, en El Vedado, La Habana, en 1959. (Foto: Commons Wikimedia)
Vista parcial de rascacielos de El Vedado, La Habana, construidos a finales de la década de los años 40 y durante los 50, donde un hombre humilde protagonizó la revolución más efeciente y barata de la historia.
Cuba: La Revolución de mi Papá
JESUS HERNANDEZ CUELLAR
Desde siempre hemos sabido que las revoluciones se hacen para resolver graves problemas políticos, sociales y económicos. Todas, buenas o malas, pasan a la historia. Las revoluciones son audaces, temerarias y, sobre todo, dolorosas. Es muy difícil hacer una revolución sin que sus protagonistas puedan evitar un trágico pisoteo de cadáveres.
También son sumamente costosas, porque hay que comprar armas, municiones, uniformes, disponer de transporte, combustible, e inclusive a veces hace falta construir nuevas prisiones, y muchas otras cosas que requieren las revoluciones.
En 1959, en Cuba, se hizo una. Por lo general, las revoluciones duran sólo unos días, como los huracanes. Asi fueron las revoluciones más conocidas, la americana de 1776, la francesa de 1789, la rusa de 1917. La de Cuba no. Más de medio siglo después, todavía es una revolución, afirman con vehemencia sus líderes, es decir los que todavía viven. Sus fervientes defensores aseguran que aquella revolución se hizo por muchas razones, pero mayormente para que la sociedad cubana pudiese tener educación y salud pública gratuitamente. Al menos estos dos renglones son los estandartes fundamentales de quienes hablan de la existencia de una revolución en Cuba.
Al analizar el tema, punto por punto, he llegado a una conclusión. Admito que es una conclusión controversial e irreverente, pero una conclusión al fin. Mi padre hizo una tremenda revolución para garantizar el futuro de las nuevas generaciones, y por lo que he podido observar, nadie se ha percatado de ello. No está en la historia.
Era un humilde barbero, de aquéllos que trabajaban de 9 de la mañana a la una de la tarde y de tres de la tarde a siete de la noche, de lunes a sábados, con el miércoles de descanso durante la jornada de verano. Ganaba unos 200 pesos mensuales o menos, suma que como sabemos, en la Cuba de los años 50 era igual a 200 dólares. Pues bien, por lo que calculo, mi padre se propuso hacer una revolución para su hijo, una revolución eficiente y barata.
Aunque tenía a su alrededor un número notable de escuelas públicas gratuitas donde matricular a su hijo, decidió empujarlo de cabeza en una escuela privada. Creía que así garantizaba mejor el futuro. Puso a su hijo en varias escuelas, la más cara de ellas la encontró en Almendares a pesar de que su vida giraba en torno al Vedado, en La Habana. Exigente el viejo, sin dudas. Pero estaba haciendo una revolución, muy consciente de las dimensiones de su gran proyecto. Aquella escuela privada se llamaba Pitman Academy y en ella se enseñaban todas las asignaturas en español por la mañana y en inglés por la tarde. Las maestras, circunspectas y estiradas, vestían unas impecables batas blancas, llamaban a sus alumnos por el apellido y los trataban de usted. De nuevo, para evitar confusiones, era Almendares, no Londres.
A mí me parecía aquello un poco exagerado, pero ese parecer venía de no darme cuenta de que mi viejo estaba echando abajo todos los preceptos de Marx, Engels y Lenin. ¿El costo de la escuela? Ocho pesos mensuales.
Además, el trabajo revolucionario de mi padre en materia de educación, no se paralizó ahí. Cuando apenas estaba yo a punto de ingresar en la primaria, me enseñó a leer y a escribir por su propia cuenta. Poco después me enseñó a sumar, restar, multiplicar y dividir. Todo esto antes de que me lo enseñaran en la escuela. Cuando cumplí los 10 años de edad, me compró un atlas
redonda de América Latina que giraba. Una capa con el nombre de los países caía sobre otra que tenía el nombre de las capitales de esos países. Vamos, Paraguay = Asunción; México = Ciudad de México; El Salvador = San Salvador. En un par de años más, llegó un día a la casa y me dijo:
- Lo tuyo es el beisbol, no les haces caso a la bicicleta. ¿Por qué no la vendemos y compramos una máquina de escribir, pa'que te hagas mecanógrafo?
Así se hizo. Me gradué de mecanografía a los 12 años de edad. Nunca supo mi viejo cuánto me ha ayudado aquella decisión, desde que entré por primera vez a una sala de redacción en 1981.
Mi madre apoyaba a mi padre en aquellas tareas. Era una hacendosa ama de casa, lo cual quiere decir que sus operaciones revolucionarias se limitaban al hogar y su despliegue de energías, arduo sin dudas, no producía divisas para la economía familiar, solamente servicios. De extracción campesina, al igual que mi padre, su sabor en cuanto a los menesteres culinarios era fabuloso, pero no muy variado. A la hora del almuerzo y también en la cena, siempre servía más o menos lo mismo: arroz blanco, frijoles negros, ensalada de lechuga y tomates, bistec de palomilla, agua y de postre dulce de guayaba. Los días más festivos servía fricasé de pollo o congrí. Vamos, que si aquella revolución hubiese ocurrido en la Cuba de hoy, mi madre habría tenido que contratar a un ejército de guardaespaldas para evitar que el pueblo le arrebatara los platos de las manos.
Pero la revolución de mi padre no terminó en la Pitman Academy. La insistente amigdalitis de su hijo, lo hizo pensar que un buen revolucionario tenía que garantizar también el punto de la salud, casi a nivel de potencia médica. Entonces fue a la carga, averiguó, estudió el tema y tomó una decisión. Su hijo sería socio de la Fundación Marfán, que se decía entonces que era la clínica pediátrica más importante de América Latina. Ojo, estaba en el barrio de El Vedado, no en Bruselas ni en Nueva York.
¿Por qué no? Al fin y al cabo estaba inmerso en un proyecto sanitario sin precedente en la familia. ¿El costo de la clínica? Cinco pesos con 50 centavos al mes.
Ahora leo que la revolución que ha habido en Cuba, para garantizar la educación y la salud, recibió miles de millones de dólares al año de un país, para colmo desaparecido, que se llamaba la Unión Soviética. Que actualmente debe a las naciones de Occidente más de 10 mil millones de dólares. Que más del 20% de la población de Cuba vive en el extranjero, como exiliada o emigrante. Que hay gente en la cárcel por haber dicho lo que no debía, que otros muchos han sido fusilados. Y que para que la revolución sobreviva, es menester recibir subsidios de la casa de un vecino a la que muchos llaman Cubazuela y otros República Bolivariana de Venezuela, pero que tiene un nombre real, Venezuela.
Medito, recuerdo, saco cuentas. Caramba, la revolución de mi papá costaba trece dólares con 50 centavos al mes, para garantizar la educación y la salud de la futura generación. Que yo recuerde, ni mi madre ni yo nunca estuvimos presos, dijéramos lo que dijéramos, en medio de aquel fervor revolucionario de mi viejo. Ni tuvimos que salir al exilio, ni a mí me pareció oportuno nunca agarrar una balsa y lanzarme al río Almendares.
Mi hermano sí, la verdad. El era medio disidente y le gustaba superar a mi papá en algunas cosas. Por eso, resolvió el tema de su salud con amplia ventaja frente al viejo. Se hizo socio de la clínica mutualista del Centro Gallego de La Habana y pagaba sólo tres pesos al mes. ¿Para qué mentir? El sí vivía exiliado..., a unas cuatro cuadras de la casa. Ya era mayor de edad y se había graduado en 1949 de la Escuela Técnica Industrial José Braulio Alemán, situada en Rancho Boyeros. Y en esto también superó al viejo… estudió gratis.
Por favor, tomar nota minuciosa y diligente…, trece dólares con cincuenta centavos. Eso sí fue una revolución inteligente, sin muertos ni heridos, sin prisioneros, sin escasez, sin miedos. Y sin armas, solo con un peine en una mano y una tijera en la otra.
(Hernández Cuéllar, autor de la columna Cafe Impresso, es director y editor de Contacto Magazine, revista que fundó en julio de 1994 en Los Angeles, California. Es también autor del libro ¡Última hora! - Manual para el consumidor de noticias de la era digital. Desde 1981 ha trabajado en todo tipo de medios: agencias de prensa, diarios, radio, televisión, semanarios, internet, revistas y redes sociales. Fue redactor de la agencia EFE en Cuba, Costa Rica y Estados Unidos, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles, California, e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA).
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John Lennon, Cuatro Balazos que No Pudieron Matar a una Leyenda
—• Expertos señalan que su alianza con Paul McCartney produjo una de las sociedades musicales más exitosas del siglo XX. • La vida de The Beatles se desarrolló en la convulsa década de 1960 (asesinatos de John y Robert Kennedy, y Martin Luther King; la guerra de Vietnam; la crisis de los misiles soviéticos en Cuba; grandes protestas en Washington, Nueva York, París, Ciudad de México; la invasión soviética de Checoslovaquia). • El 8 de diciembre de 1980, al regresar John Lennon del estudio Record Plant a su apartamento del famoso edificio The Dakota en Nueva York, Mark David Chapman lo esperaba en la entrada. Eran las 10 y 50 minutos de la noche.
Bendita sea la semilla del árbol que plantaron, para que saliera la madera con la que hicieron el mango del martillo con el que golpearon los clavos, de la cuna donde te arrullaron.
Muchos lo entienden como una especie de elogio poético, casi sublime, a la belleza de la mujer. Los hay muy respetuosos y muy ingeniosos, aun cuando en la mayoría de las ocasiones lleva implícita una cierta intención de conquista. Pero el hombre vulgar y también la mujer vulgar han cambiado su sentido. Lo prostituyeron, lo transformaron en un insulto, abriendo camino al nacimiento de grupos activistas que asumieron un lema cada vez más extendido: “no quiero tu piropo, quiero tu respeto”.
Steve Jobs, figura legendaria de Silicon Valley, fundador de Apple, Inc. (Wiki Commons).
Silicon Valley, el Reino del Futuro
Aplicaciones que hacen exámenes médicos desde nuestros móviles inteligentes, diagnostican males y recetan los medicamentos apropiados; impresoras de tercera dimensión que nos permitirán fabricar en casa lo que necesitamos, a nuestro gusto, y que en el futuro tendrán la capacidad inclusive de producir réplicas de órganos humanos, son sólo algunos artilugios que están cobrando vida actualmente en Silicon Valley, el reino de la alta tecnología. Pero eso no es todo, hay también prototipos de aviones de pasajeros no tripulados, capaces de hacer viajes a través de los océanos; autos sin chofer que nos transportan a cualquier sitio; ropa de última moda que transmitirá a nuestro médico de cabecera las enfermedades que padecemos y las que estamos a punto de padecer, y pijamas que envían a centros de ambulancias y hospitales las emergencias que sufren los ancianos cuando están solos en sus casas.
Sexo con Robots en el Futuro Cercano
Se trata del desarrollo apresurado de la inteligencia artificial, que permitirá a ciertos adultos con dinero tener un robot sexual en casa dentro de 10 años, a la gente teniendo sexo con esas máquinas en menos de 15 años, y a la mayoría disfrutando de sus propios juguetes sexuales en dos décadas. Con sólo apretar un botón, se podrá lograr un orgasmo.
Para muchos en estos momentos, el sexo será igual dentro de dos décadas. Y dentro de tres. Siempre ha sido así y no tiene por qué cambiar. Sin embargo, para el Dr. Ian Pearson, futurólogo británico que ha investigado desde 1991 los cambios que va a experimentar la humanidad, las cosas serán muy diferentes a como las vemos hoy día, gracias al desarrollo de la inteligencia artificial.
Kinzhal, el Nuevo Miedo al Fin del Mundo
• Rusia lanzó su primer misil hipersónico de alta precisión, “único en el mundo“, contra un objetivo militar de prueba. Vladimir Putin asegura que este mortífero juguete puede burlar las capacidades antimisiles de Estados Unidos llevando consigo ojivas nucleares.
• Las ojivas pueden caer sobre Nueva York, Miami, Chicago, San Francisco o Los Angeles propulsadas por cazas supersónicos MiG-31 modificados, sin importar si los que están abajo son demócratas o republicanos, blancos, negros o latinos, indios o asiáticos.
Película silente en 8 milímetros tomada por el aficionado Abraham Zapruder, único testimonio fílmico del magnicidio ocurrido el 22 de noviembre de 1963.
¿Quién Mató a John F. Kennedy?
• 61 por ciento de los estadounidenses todavía cree que el asesinato de su presidente fue parte de una conspiración
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El crimen organizado, la CIA, Fidel Castro, los intereses especiales, el Servicio Secreto y el propio presidente Lyndon B. Johnson están entre los acusados por la opinión pública
• Las evidencias contra Lee Harvey Oswald son abrumadoras, pero ¿actuaba solo?
El reloj marcaba las 12:30 de la tarde del viernes 22 de noviembre de 1963 cuando varios disparos se confundieron con la algarabía de una multitud que lo vitoreaba, en Dallas, Texas. Un proyectil le entró por la garganta, el otro por la parte alta de la espalda, uno más le pegó en la cabeza, y otro disparo, puesto en tela de juicio, perdió el blanco.
El Homosexual, ¿Nace o se Hace?
Científicos, Sacerdotes, Padres y Gays con Visiones Diferentes
ALEIDA DURAN
Mientras la Iglesia Católica acepta la homosexualidad pero condena como pecado la conducta homosexual, los científicos parecen estar más seguros de lo que no es, que de lo que es realmente la homosexualidad. ¿De dónde proviene? ¿A qué se debe? La homosexualidad genera debates que, en ocasiones, hacen germinar la discriminación.
Sector financiero de Nueva York, capital del mundo económico en la actualidad.
(Foto: FlorinDr./Wikipedia Creative Commons).
¿Un Sustituto para Estados Unidos?
• Un Estudio de Inteligencia Militar Señala que la Economía de China Superará a la de EE.UU. antes de 2030.
• Si Bien el Poder Económico, Tecnológico y Militar de Washington es Asombroso, su Enorme Deuda Pone los Pelos de Punta.
• Analistas de Ideas Contrarias como Carlos A. Montaner, Noam Chomsky y Roberto Alvarez Quiñones No Ven un Competidor para EE.UU.
JESUS HERNANDEZ CUELLAR
Las dantescas imágenes del derrumbe de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York en 2001, las apocalípticas escenas de las guerras de Irak y Afganistán y el estallido de la crisis financiera de 2008 que profundizó el camino hacia la Gran Recesión, así como el impresionante crecimiento económico de China y la enorme deuda pública de Washington son, para muchos, pruebas irrefutables de que Estados Unidos no podrá ser por mucho tiempo más la potencia hegemónica más próspera y poderosa que haya conocido la historia de la humanidad. ¿Será cierto? Y si lo es, ¿qué otro país podría ocupar esa privilegiada posición?
Visión de la Muerte en la Cultura Mexicana
JORGE LUIS RODRIGUEZ
Coatlicue es la diosa de la muerte azteca. La diosa doble del Amor y la Muerte, la diosa de la tierra, con su falda de serpientes cayendo sobre las ruinas de Tenochtitlan. Cada día 2 de noviembre las calaveras de azúcar se juntan con el "pan de muertos" y las velas de los altares mexicanos se iluminan con las memorias de familiares y amigos que han fallecido.
El médico cubano Julio Antonio Yebra dio la mano a cada uno de los integrantes del pelotón de fusilamiento y les dijo que los perdonaba. La orden de fuego se confundió con su propio grito de condena al régimen que lo estaba ejecutando, y su cuerpo quedó sin vida colgado del madero al que lo habían atado. Segundos después se escuchó el tiro de gracia.